Con el pasar del tiempo y el nacimiento de nuevas generaciones, hemos visto como las aspiraciones han cambiado. Mientras que nuestras abuelas y mamás buscaban tener un trabajo, casarse, tener un hogar donde poder criar a sus hijos y verlos crecer, hoy en día un gran porcentaje de la generación Z y millennials buscan viajar por todo el mundo, conocer la mayor cantidad de gente posible y dejar la estabilidad o familia para el final de los 30.
Que ¡oyé!, no me parece nada mal. Todos podemos vivir nuestra vida según nos plazca, según nuestras aficiones, gustos y metas. No obstante, si la mayoría pensara en conseguir un sitio a donde llegar cada vez que sale de aventuras, es el hogar. Ese lugar que nos ofrece:
Seguridad
Invertir en un espacio propio te brindará seguridad y protección tanto física, emocional como económica. Y es que, llegarás a este sitio cada día después de tu rutina o de cada viaje, que sabes que te pertenece, por el cuál pusiste empeño por tenerlo y le otorgas amor con cada mueble o adorno que compras.
Inversión
Para algunos resulta difícil realizar una inversión mensual o anual para tener una vivienda propia, pero hay calculadoras de pagos mensuales o de ingreso mínimo que pueden hacerte el trabajo fácil y optar por aquella que se adapte a tu presupuesto.
Invertir en un hogar hoy no significa amarrarte a ella para toda la vida, ¡Todo lo contrario! Piénsalo como una inversión a largo plazo, que podrás remodelar a tu gusto e incluso vender para conseguir una casa o apartamento mejor en un futuro cercano.
Libertad y espacio propio
Una de las cosas que amo de tener un lugar propio, es la libertad de decorarlo y darle la vida que quiero junto a mi esposo. Mover los muebles cada cierto tiempo para mejorar el ambiente del hogar según la estación o estado de humor, añadir fotografías y realizar reformas sin tener que preguntarle o pedirle permiso a un tercero.
Otra de las ventajas, es que puedes organizar los espacios según te plazca. Mientras no tengas hijos, puedes convertir un cuarto o un lugar en específico de tu casa en gimnasio, oficina o salón de arte donde puedas expresarte pintando o realizando la actividad que prefieras. ¿Lo mejor? Hasta podrás tener una mascota sin la intriga de que el casero te diga un NO rotundo en el contrato de alquiler, porque tú serás quien lo decida.
Historial crediticio
Quizás muchos no piensen en este punto, pero al hipotecar o pedir préstamos para el financiamiento del hogar y pagar todo acorde al contrato, te permitirá tener una buena reputación ante el banco y otras instituciones financieras, con lo cuál podrás tener un apoyo para otros negocios o inversiones a futuro.
Esta importante carta de presentación, hará que otros confíen en ti y puedan apostar por invertir en tus proyectos o emprendimientos que tengas en mente. Con lo cual, al obtener el resultado esperado podrás optar por un hogar mejor a futuro o darte el lujo de viajar con amigos, tener unas merecidas vacaciones a sitios soñados, tener el carro de tu sueños o sencillamente, tener una tranquila jubilación.
Ambiente familiar
Al pensar en un futuro, ya sea que decidas casarte, tener hijos o vivir con tus 2 perritos, tendrás un lugar donde disfrutar de tu vejez con tranquilidad y con un ambiente que te guste. Sin necesidad de ir de allá para acá, pagar alquileres o la intriga de que luego que se termine el contrato, puedan echarte de allí.
El tener un hogar propio, te permitirá cultivar el amor en un lugar que te lo retribuirá, te protegerá, dará seguridad, privacidad y donde podrás incluso vivir los mejores momentos de tu vida y aquellas festividades que te dan tanta alegría.
¿Y tú? ¿Ya has pensado en invertir en un hogar propio? Cuéntame en los comentarios qué otro beneficio crees que te daría tener una casa a tu nombre.
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